lunes, 11 de mayo de 2009

En busca de LOS HOMBRES

Ser Hombre.

Hubo un tiempo en que los Hombres sabíamos lo que era la Masculinidad, y estábamos orgullosos de llamarnos Hombres.

Siempre hemos sabido que nacemos de la Belleza y la Fuerza Creadora de la Mujer. Pero también solíamos pensar que la nuestra, la Masculina, era una Fuerza igual de poderosa, trascendente y necesaria.

Cada cierto tiempo, los Hombres de una comunidad "raptaban" a sus propios hijos adolescentes, y pasaban días con ellos enseñándoles lo que era SER HOMBRE. Sabíamos que UN HOMBRE DEBE SER PARIDO DOS VECES: PRIMERO POR UNA MUJER, Y LUEGO POR OTROS HOMBRES.

En mi adolescencia, esperé que los Hombres vinieran por mí y me enseñaran a ser un Hombre completo... pero los Hombres nunca vinieron por mí. Ciertamente no vino mi padre, ni mi abuelo, ni mi tío, ni algún amigo (no tengo hermanos). Tal vez porque nadie llegó por ellos en su momento.

Lo único que percibía alrededor, cuando veía a los Hombres de mi familia, era VERGÜENZA. Ser Hombre era intrínsecamente malo. El hombre "es" violador, macho, misógino, chauvinista, violento, patriarcal, sometedor, golpeador, abusador. Los hombres eran los causantes de la guerra, del hambre, del sometimiento femenino, de la contaminación, de la proliferación nuclear.

Llegué a odiar ser Hombre. A pensar que la Mujer era mejor, y que estábamos condenados: si ser Hombre es intrínsecamente malo, ¿cómo podría yo salvarme?

Si los Hombres no vinieron por mí, es justo decir que mi Alma conservaba la sed. La vergüenza, de muchas maneras, no se sentía "bien". No era correcta. Así que fui YO quien BUSQUÉ A LOS HOMBRES.

Este pretende ser la bitácora de mi Viaje.

*Fernando.

Entrada publicada originalmente el 11 de octubre de 2005.

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